Luscinia svecica (Linnaeus, 1758) Nombre:

Pechiazul

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

12282

Mundial. Se encuentra repartida por todo el norte del Paleártico, desde la península Ibérica hasta el extremo este de Asia, y existe una pequeña población en el oeste de Alaska, ya en el continente americano (Cramp, 1988). El reparto territorial de la población no es homogéneo, y aparece más extensamente repartida en el centro de Asia. En toda su área de distribución no se encuentra por debajo de los 37º N.

En Europa se extiende desde el cuadrante noroccidental de la península Ibérica, por la costa atlántica francesa, Países Bajos y península Escandinava hasta los Urales. En este territorio se admite la presencia de tres subespecies de las siete que se reconocen: svecica, en la que los machos presentan medalla roja, cyanecula, con medalla blanca (que cría en la península Ibérica) y nannetum, en la que los machos presentan también medalla blanca, pero son significativamente más pequeños (Mayaud, 1958). España.

Dos son los núcleos principales de Pechiazul en España donde aparece como reproductora estival exclusivamente en la Península. El primero se extiende por el Sistema Central, desde las sierras de Somosierra, Guadarrama, Gredos y Béjar (en Segovia, Madrid, Ávila, Salamanca y Cáceres), hasta la Serra da Estrela, ya en Portugal. En Guadalajara se ha citado en 1995 en las proximidades del Pico de las Tres Provincias (Somosierra; A. Gómez-Manzaneque y J. Martín Herrero, datos propios), aunque no fue detectado en esa misma zona en 1996 (SEO/BirdLife, 1996d), ni durante los trabajos de campo del presente atlas.

El segundo núcleo se localiza en las montañas cantábricas en Palencia, León, Zamora, Asturias y Ourense. Un nuevo y localizado núcleo se ha encontrado durante el muestreo para la realización de este atlas en el puerto de Piqueras, en La Rioja (J. C. Ceña, com. pers.). Desde que Whiterby (1928) la citara por primera vez en el puerto de Casillas (Ávila), en el extremo oriental de la sierra de Gredos, han ido aumentando las localidades donde se cita su reproducción.

Dado lo llamativo del plumaje de los adultos, y su tendencia a cantar y reclamar desde lugares prominentes e incluso en vuelo, su localización e identificación resulta fácil. Pero aunque puntualmente aparecen citas de ejemplares sueltos en época de cría en otras montañas ibéricas, no terminan de instalarse nuevas poblaciones en otros macizos montañosos ibéricos. En la mayoría de su área de distribución ocupa formaciones de matorral montano, predominantemente piornales y brezales, en laderas por encima del piso del arbolado con una cobertura media de matorral, ni muy espeso ni muy abierto, con suelo fresco cubierto generalmente de vegetación herbácea de escaso porte.

Aparece entre los 2.120 m de altitud en Gredos (San Segundo, 1990) y los 805 m en León (García et al., 2000a). En el Sistema Central es más abundante en la cara norte, con menor pendiente, más innivación invernal y cursos de agua más remansados, en contraposición a la ladera sur más pendiente, seca y abrupta. Sin embargo en la cordillera Cantábrica sucede lo contrario y ocupa casi exclusivamente la vertiente sur, más soleada y a la vez con temperaturas y relieve más suaves.

Desmarcándose de estas características de su hábitat, se han localizado dos poblaciones cercanas a los Montes de León, entre 805 y 1.026 m de altitud, que ocupan encinares aclarados con matorral de sustitución compuesto por jaras y suelo escasamente cubierto de vegetación herbácea (García et al., 2000a). La ocupación de sus zonas de cría no es continua, sino que ocupa enclaves concretos donde pueden instalarse entre 3 y 25 pp. reproductoras.

Durante la invernada selecciona ambientes asociados a zonas húmedas, principalmente cultivos de inundación y de regadío, además de hábitats de las orillas de medios acuáticos, como son embalses y otros humedales lénticos, riberas y playas con poca vegetación, y bosques de ribera. Habitualmente se asocia a zonas de carrizal que emplea como zonas de alimentación y dormidero durante el invierno (Gómez-Manzaneque, 1997), hábitat en el que se ha descrito su invernada regular en muchas zonas (por ejemplo, Peiró, 1997; Bermejo y De la Puente, 2004; Arizaga et al., 2010). La preferencia de estos hábitats a escala nacional se encuentra en concordancia con lo encontrado regionalmente (Barriocanal y Aymí en Herrando et al., 2011), aunque también puede aparecer en otros hábitats (Pérez-Tris en Del Moral et al., 2002). Maximiza sus probabilidades de ser encontrado en la Península sobre unidades de 100 km2, apareciendo en promedio en el 46% de las cuadrículas muestreadas, en regiones con altitudes medias inferiores a 390 m, y cobertura de hábitats acuáticos superiores a 11 km2 (pero donde los bosques de ribera no superen los 14 km2).

Reproductor 9000-12800 parejas. Principios de los 90.

Dado que su presencia depende, en buena medida, de la cobertura de matorral en los montes donde aparece, su mayor amenaza es la alteración de esas formaciones, ya sea por quemas para favorecer la aparición de herbazales o por destrucción para ampliación de pistas de esquí u otras infraestructuras. Por otra parte, el progresivo abandono del monte y, por tanto, la ausencia de ganado vacuno que pasta estos medios y abre el matorral, provoca una progresiva densificación del mismo y el abandono de zonas de cría tradicionales. Los núcleos de reproducción periféricos tienen interés biogeográfico (Domínguez & Fernández- Cordeiro, 1991).

Propuestas: - Protección de hábitats alpinos y áreas de invernada. - Control de actividades humanas en los núcleos de cría.